La fuga masiva de dirigentes hacia Neuquinizate, el espacio del gobernador Rolando Figueroa, y la debilitada estructura del PJ bajo la presidencia Darío Martínez dejan al partido sin posibilidades de competir en un contexto adverso, con la renovación de tres bancas en el Congreso en medio de la polarización entre La Libertad Avanza y el oficialismo provincial.
El Partido Justicialista (PJ) de Neuquén atraviesa una crisis profunda bajo la conducción de Darío Martínez, quien ha llevado a la agrupación a la irrelevancia política. Con la falta de liderazgo y la ausencia de reuniones, el partido se enfrenta a una deserción masiva de dirigentes. Numerosos militantes, incluidos figuras clave como Tanya Bertoldi y Marcelo Zúñiga, se han unido al espacio de Neuquinizate, del gobernador Rolando Figueroa, dejando al PJ sin capacidad de competir en las próximas elecciones.
La fractura interna es notable, exacerbada por decisiones unilaterales de Martínez, quien ha priorizado intereses personales en detrimento del partido. Mientras tanto, la militancia se encuentra desilusionada por la inacción y la falta de dirección. A pesar de la importancia de las elecciones que definirán tres bancas en el Congreso, el PJ carece de una estrategia clara y de candidatos competitivos.
El desinterés de Martínez por revitalizar la estructura del PJ quedó evidente cuando abandonó sus responsabilidades en momentos críticos, como lo demostró su ausencia durante la crisis del partido, cuando optó por un viaje personal en lugar de atender los asuntos del partido. Este gesto, sumado a su estrategia de alianzas con personajes como Oscar Parrilli, ha minado aún más la confianza en su liderazgo.
Además de la fuga de dirigentes, la desorganización del PJ se refleja en su baja cantidad de afiliados y la falta de actualización de padrones. En un contexto electoral marcado por la polarización, el peronismo neuquino parece estar cada vez más alejado de las posibilidades de competir con éxito.






