Tras la dimisión de Manuel García Mansilla, en Casa Rosada critican el bloqueo opositor, cuestionan la actual composición del Tribunal y advierten que no impulsarán nuevas designaciones en el corto plazo.


La renuncia indeclinable del juez Manuel García Mansilla a la Corte Suprema generó un fuerte malestar en el Gobierno nacional, que responsabiliza a “la política” por lo que considera un nuevo obstáculo en el funcionamiento del máximo tribunal. Desde Casa Rosada aseguran que, por ahora, no enviarán nuevos pliegos para cubrir la vacante, aunque advierten que tienen opciones en carpeta.

“La renuncia es una gran pérdida y configura un gran daño”, señaló una fuente cercana al oficialismo ante la agencia Noticias Argentinas, en relación a la carta de dimisión que García Mansilla presentó al presidente Javier Milei. El académico había sido nombrado por decreto, pero su pliego fue rechazado por el Senado.

Para el Ejecutivo, este episodio es un reflejo de un año en el que, según indican, la dirigencia política opositora “intenta bloquear al Gobierno”. En ese contexto, también se enmarca el recurso de per saltum que preparan para responder a la decisión del abogado Alejo Ramos Padilla, quien había limitado las funciones del juez por tres meses.

Con la salida de García Mansilla, la Corte Suprema queda conformada por tres miembros: Horacio Rosatti (presidente), Carlos Rosenkrantz (vicepresidente) y Ricardo Lorenzetti (ministro). Desde el oficialismo aseguran que ese número “traba el funcionamiento del Tribunal”, ya que se requieren tres votos para dictar fallos, algo que hoy —según remarcan— no está garantizado.

Si bien el Gobierno tiene la posibilidad de enviar nuevas propuestas, como los nombres de los jueces Ricardo Rojas o insistir nuevamente con García Mansilla, aseguran que no lo harán en lo inmediato. “Ahora no tiene sentido”, expresaron desde Balcarce 50, teniendo en cuenta el calendario electoral y la falta de consenso en el Congreso.

“Hicimos un gesto al enviar a Lijo, que tenía el visto bueno de la mitad del Senado, y aún así lo rechazaron”, se quejaron en el Ejecutivo, aunque aclaran que no lo ven como una derrota: “Se pierden algunas batallas y se ganan otras. No hay debilidad”.

En ese sentido, sostienen que la administración Milei continúa bajo los principios de “revelación” política. “Cuando el Presidente dice principios de revelación quiere decir que hacemos cosas que permiten avanzar o permiten cuestionar a los políticos”, concluyeron.

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