El gobierno provincial avanza con el ‘Plan 3.000 cuadras de asfalto’, llevando mejoras a barrios históricamente olvidados como Confluencia, Rincón de Emilio y el oeste de la ciudad. El objetivo es optimizar las vías para facilitar el desplazamiento por la ciudad de manera ágil y segura.
El criterio para la elección de zonas priorizadas tiene un fuerte componente social: se busca intervenir en lugares donde las calles de tierra complicaban la vida diaria de los vecinos.
El plan no se limita al asfaltado. En muchos casos, las obras incluyen la instalación de pluviales, mejoras en los sistemas de agua y cloacas, y el reacondicionamiento de veredas y cordones cuneta. Se trata de una intervención integral que no solo mejora la circulación vehicular, sino también la infraestructura general del barrio.
En Rincón de Emilio, por ejemplo, ya se asfaltaron calles como Mar Báltico, América del Sur y la diagonal 9 de Julio. Desde la municipalidad aseguran que el barrio quedará completamente pavimentado en los próximos días, cerrando una deuda histórica con los vecinos del sector norte de la ciudad.
El impacto en la vida cotidiana es inmediato: mejora la seguridad vial, se facilita el acceso del transporte público y se valoriza el entorno urbano. Además, el plan genera empleo local y dinamiza la economía con mano de obra y proveedores neuquinos.
Figueroa apuesta a una política de cercanía, donde las obras no son promesas, sino hechos visibles en el territorio. El pavimento se convierte así en una herramienta de equidad e inclusión.






