La alimentación es un pilar fundamental para mantener el sistema inmunológico fuerte y prevenir enfermedades. Incorporar ciertos alimentos ricos en nutrientes puede mejorar la respuesta del cuerpo ante virus y bacterias.
El ajo es uno de los ingredientes más poderosos. Tiene propiedades antibacterianas y antivirales, además de ayudar a reducir la inflamación. Consumirlo crudo o cocido en las comidas fortalece las defensas naturales del cuerpo.
Los cítricos como la naranja, el limón y el pomelo son ricos en vitamina C, un antioxidante que estimula la producción de glóbulos blancos, esenciales para combatir infecciones. Se recomienda consumirlos frescos o en jugos naturales.
El yogur natural es otra excelente opción. Contiene probióticos que ayudan a equilibrar la flora intestinal, lo que a su vez mejora la función inmunológica. Es preferible elegir versiones sin azúcar agregada.
Las espinacas y otras hojas verdes aportan hierro, vitamina C y ácido fólico, todos nutrientes necesarios para una correcta respuesta inmune. Además, son fáciles de incorporar en ensaladas, guisos o licuados verdes.
Finalmente, los frutos secos como nueces y almendras aportan vitamina E, otro antioxidante importante para mantener el sistema inmunológico en forma. Un puñado diario es suficiente para obtener sus beneficios.





