En marzo de 2025, la inflación en Argentina registró un aumento del 3,7%, marcando el nivel mensual más alto desde septiembre de 2024. Este incremento llevó la inflación acumulada en el primer trimestre del año al 8,6%, con una tasa interanual del 55,9% .

Los principales impulsores de esta aceleración fueron los rubros de Educación, con un aumento del 21,6% debido al inicio del ciclo lectivo, y Alimentos y bebidas no alcohólicas, que subieron un 5,9%, especialmente por el alza en verduras, legumbres y carnes . Otros sectores como Prendas de vestir y calzado (4,6%), Restaurantes y hoteles (3,9%) y Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (2,9%) también registraron incrementos significativos.

A pesar de las políticas implementadas por el gobierno de Javier Milei, como el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 20.000 millones de dólares y la flexibilización del cepo cambiario, la inflación persiste como un desafío económico central. Analistas señalan que, aunque estas medidas buscan estabilizar la economía, los efectos sobre los precios aún no se han materializado de manera sostenida.

Además, la persistente inflación ha generado un desajuste entre los ingresos y el costo de vida, afectando especialmente a los sectores de menores recursos. El aumento en los precios de los alimentos y servicios básicos ha erosionado el poder adquisitivo de los hogares, complicando la situación económica para una parte significativa de la población.

En este contexto, la pregunta sobre cómo reducir la inflación sin comprometer el crecimiento económico se mantiene vigente. Si bien las medidas adoptadas buscan estabilizar la economía, la inflación continúa siendo un tema central en la agenda económica del país.

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