El gobernador destacó el cambio de rumbo en la provincia y trazó diferencias entre el modelo neuquino y los dirigentes que reciben órdenes desde Buenos Aires: “Sacamos las vivezas de muchos que vivían de ser amigos del político, sacamos las malas inversiones”.
El gobernador Rolando Figueroa volvió a marcar el rumbo de su gestión con decisiones que apuntan a ordenar el Estado y recuperar la confianza de los neuquinos. En declaraciones recientes, celebró los avances en la eliminación de nombramientos injustificados —conocidos popularmente como “ñoquis”— y en la revisión de jubilaciones de privilegio que beneficiaban a sectores reducidos sin justificación laboral real.
Figueroa destacó que su gobierno está comprometido con un modelo de gestión austero y eficiente, alejado de los privilegios políticos y del uso discrecional de los recursos públicos. “Sacamos las vivezas de muchos que vivían de ser amigos del político, sacamos las malas inversiones”, afirmó, trazando una clara línea divisoria con quienes, según él, aún responden a intereses centralistas dictados desde Buenos Aires.
El mandatario provincial remarcó que esta transformación no solo implica un ahorro para las arcas del Estado, sino también un cambio cultural. Su gestión busca devolverle dignidad al empleo público, priorizando la transparencia, el mérito y el compromiso con el servicio a la comunidad. “Estamos construyendo un Neuquén diferente, con una política al servicio de la gente”, concluyó.






