En 2025, el turismo argentino continúa su proceso de recuperación luego de los impactos generados por la pandemia y la inestabilidad económica de los últimos años. Según datos del Ministerio de Turismo y Deportes, durante el primer semestre ingresaron al país más de 4,8 millones de visitantes internacionales, un 15% más que en el mismo período de 2024. Esta cifra refleja una reactivación sostenida, aunque aún se encuentra por debajo de los niveles récord alcanzados en 2019. El turismo receptivo ha sido impulsado principalmente por visitantes provenientes de Brasil, Chile y Uruguay, quienes representan más del 50% del total.

El sector turístico se ha beneficiado de la competitividad cambiaria y de la diversificación de la oferta. Destinos tradicionales como Buenos Aires, Bariloche y Mendoza mantienen su liderazgo, pero también se observa un crecimiento en regiones emergentes como el Litoral y la Patagonia austral. El ecoturismo y el turismo rural son segmentos en expansión, motivados por la búsqueda de experiencias sostenibles y contacto con la naturaleza. Según la Cámara Argentina de Turismo, este segmento creció un 22% en la última temporada, con especial interés en áreas protegidas como Iguazú y Esteros del Iberá.

El turismo interno también juega un papel clave en el dinamismo del sector. Durante los feriados largos de 2025, más de 8,2 millones de argentinos se movilizaron por el país, generando un gasto estimado en 430.000 millones de pesos. Sin embargo, la inflación y la pérdida de poder adquisitivo de los hogares limitan la capacidad de crecimiento de este mercado. Para estimular la demanda, el Gobierno lanzó la nueva edición del programa Previaje, que ofrece reintegros de hasta el 50% para compras anticipadas de servicios turísticos, aunque su impacto ha sido menor que en años anteriores debido a restricciones presupuestarias.

En términos económicos, el turismo representa aproximadamente el 7,5% del PBI argentino y genera más de un millón de empleos directos e indirectos. Según un informe de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Argentina se mantiene como el segundo destino más visitado de América del Sur, detrás de Brasil. La conectividad aérea es un factor decisivo para sostener esta posición. En 2025, se sumaron 12 nuevas rutas internacionales, principalmente desde Estados Unidos y Europa, lo que amplió las oportunidades de llegada de turistas de alto gasto y favoreció el desarrollo regional.

El desafío de la sostenibilidad se ha vuelto central en la planificación del turismo nacional. Con un aumento en la presión sobre los recursos naturales, especialmente en áreas frágiles como glaciares y parques nacionales, las autoridades trabajan en planes de manejo que regulen la capacidad de carga y promuevan prácticas responsables. Además, se implementan incentivos para que hoteles y operadores adopten tecnologías de eficiencia energética y reducción de residuos. Estas acciones buscan posicionar a Argentina como un destino competitivo, pero también comprometido con la conservación ambiental.

De cara a los próximos años, el turismo argentino enfrenta la necesidad de consolidar una estrategia a largo plazo que trascienda los vaivenes económicos. Esto implica inversiones en infraestructura, capacitación de recursos humanos y promoción internacional orientada a mercados estratégicos. Si el país logra articular la colaboración entre el sector público y privado, y apuesta por la innovación y la sostenibilidad, el turismo podría convertirse en uno de los motores más sólidos para el crecimiento y la generación de divisas en la economía nacional.

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