Productores autoconvocados en las localidades de Chacabuco y Pigüé lanzaron este sábado un llamado a movilizarse, generando gran repercusión en redes y medios locales. La iniciativa fue difundida por un intendente peronista, lo que provocó un fuerte cruce con sectores del oficialismo, que cuestionaron la postura del jefe comunal y la difusión del mensaje.
La convocatoria a «tractorazos» en la provincia de Buenos Aires contra el gobierno de Javier Milei, organizada por productores autoconvocados para el sábado 4 de octubre, provocó un intenso debate político en redes sociales. Lo que comenzó como un llamado del sector agropecuario se convirtió rápidamente en un enfrentamiento de posiciones, con el peronismo respaldando la medida y los libertarios denunciando que se trataba de una “movida kuka” destinada a desestabilizar al gobierno.
La polémica se profundizó cuando el intendente peronista de Castelli, Francisco Echarren, replicó la convocatoria en sus redes sociales, instando a participar del tractorazo en la rotonda de Pigüé y señalando el hartazgo del campo ante la situación actual. Las concentraciones están previstas en Chacabuco, en el Acceso Hipólito Yrigoyen y la Ruta Nacional N°7, y en Pigüé, en la rotonda principal de la localidad, bajo lemas como “Somos productores, no esclavos del saqueo” y “El campo se defiende”, con el objetivo de visibilizar el descontento del sector frente a las políticas del Gobierno nacional.
La reacción de los libertarios no se hizo esperar, y rápidamente circuló un contra-flyer con el mensaje “ESTA ES UNA MOVIDA KUKA, si NO sos KUKA no te comas la curva”, buscando desacreditar la protesta y presentarla como una maniobra del kirchnerismo. Con esta estrategia, el oficialismo intenta instalar la idea de que los tractorazos no responden a reclamos genuinos del campo, sino a una operación política para generar conflictividad social en un contexto electoral.






