A los 48 años, tras librar una extensa y valiente lucha contra el cáncer, Sam Rivers falleció dejando un legado imborrable en el mundo del rock. Su talento como bajista y su papel como miembro fundador de Limp Bizkit marcaron una generación de músicos y fanáticos, y su influencia perdurará en la historia del género.
Sam Rivers, histórico bajista y uno de los fundadores de Limp Bizkit, murió este sábado a los 48 años, noticia que fue confirmada por la propia banda en sus redes sociales. El músico estadounidense fue clave en el éxito mundial del grupo, que alcanzó ventas superiores a los 40 millones de discos y se consolidó como uno de los exponentes más influyentes del nu metal.
A lo largo de su trayectoria, Rivers participó en la creación de álbumes icónicos como Three Dollar Bill, Y’all$ (1997), Significant Other (1999) y Chocolate Starfish and the Hot Dog Flavored Water (2000). Estos trabajos definieron el sonido de una época y le valieron a Limp Bizkit un lugar destacado dentro del rock alternativo de fines de los noventa y comienzos de los 2000, donde el bajista se distinguió por su estilo potente y su presencia escénica.
El músico falleció tras una prolongada batalla contra el cáncer, aunque su entorno decidió mantener en reserva los detalles sobre su enfermedad. La banda comunicó su partida con un mensaje cargado de emoción, describiéndolo como el corazón y la magia del grupo. También desde Argentina, Fenix Entertainment expresó su pesar, destacando que su legado continuará vivo cada vez que la música del rock vuelva a reunir a una multitud.






