Con una gestión basada en el equilibrio y la responsabilidad fiscal, la provincia logró pagar los mejores sueldos de la región. La reducción del gasto político y la administración eficiente de los recursos permitieron que los municipios también acompañen la mejora salarial.
El gobernador Alberto Weretilneck celebró los resultados de una política económica que priorizó la estabilidad y el bienestar de los trabajadores. Luego de años de desorden y despilfarro a nivel nacional, Río Negro consiguió ordenar sus cuentas y consolidar un modelo de gestión que privilegia la inversión en capital humano.
Fuentes del gobierno provincial subrayaron que la clave fue administrar con austeridad y responsabilidad, evitando gastos innecesarios y destinando los fondos al fortalecimiento del empleo público. Esta estrategia permitió que los salarios rionegrinos se ubiquen entre los más altos de la región patagónica.
El equilibrio alcanzado también tuvo impacto directo en los municipios, que mejoraron su capacidad de pago y recompusieron el poder adquisitivo de sus empleados. Desde la gestión provincial aseguraron que “la política salarial de Weretilneck es una muestra de que el orden fiscal y la justicia social pueden ir de la mano”.






