Los sondeos reflejan un escenario donde la ciudadanía concentra su apoyo en dos espacios dominantes, mientras Fuerza Patria atraviesa su peor momento para proyectar candidatos competitivos y mantener estructura territorial, dejando en evidencia vacíos de liderazgo.
El panorama electoral refleja un cambio profundo en las preferencias ciudadanas: los votantes rionegrinos priorizan propuestas ligadas a la gestión y la defensa de los intereses provinciales, o bien al mensaje de cambio y austeridad impulsado por el oficialismo nacional. En este contexto, JDRN mantiene una base sólida en todo el territorio, apoyado en la figura del gobernador Alberto Weretilneck y en un discurso centrado en la autonomía provincial, la obra pública y el trabajo local.
Por su parte, La Libertad Avanza capitaliza parte del voto opositor a través de una narrativa de orden fiscal, recorte del gasto político y seguridad, acompañada del impulso nacional del presidente Javier Milei. Si bien en la provincia su armado todavía enfrenta cuestionamientos por la falta de conducción local, el espacio logra penetrar en sectores que demandan cambios profundos y una política más directa.
En contraste, el peronismo no logra encontrar un rumbo claro. Con un aparato partidario fragmentado, tensiones internas y un candidato con alta imagen negativa, el justicialismo provincial aparece relegado del debate central. Las encuestas más recientes lo ubican por debajo de los dos dígitos en intención de voto, reflejando su peor desempeño electoral en más de una década.
Analistas coinciden en que este escenario anticipa una reconfiguración del mapa político rionegrino, donde la competencia real se dará entre un modelo de gestión provincial consolidado y una fuerza nacional en expansión, mientras el peronismo intenta redefinir su identidad y reconstruir un vínculo con la ciudadanía que hoy parece perdido.






