El gobernador activó un esquema especial de prevención ante el aumento del riesgo, con más controles en rutas y zonas rurales, sanciones económicas para quienes incumplan las normas y un pedido directo a la ciudadanía para mantener el cuidado extremo y avisar de inmediato cualquier situación que pueda derivar en un incendio.

La decisión del Gobierno provincial se tomó luego de que los equipos técnicos advirtieran un incremento sostenido en el peligro de incendios debido a las altas temperaturas, la falta de lluvias y el viento intenso que se registra en distintas zonas de Río Negro. Frente a ese escenario, se activó un esquema de trabajo especial que involucra a áreas de ambiente, seguridad, municipios y brigadistas, con el objetivo de reducir al mínimo las posibilidades de que un foco se inicie o se expanda rápidamente.

Una de las primeras medidas implementadas fue el refuerzo de los controles en sectores rurales y forestales, donde históricamente se concentran los mayores riesgos. Equipos provinciales realizan recorridas permanentes, verifican el cumplimiento de las restricciones vigentes y supervisan actividades que, por descuido o negligencia, podrían derivar en un incendio. También se incrementó la presencia en rutas y accesos a zonas turísticas, especialmente en los puntos donde suele haber gran circulación de visitantes.

El plan de prevención incluye, además, un endurecimiento de las sanciones para quienes incumplan las normas. Las multas económicas se volvieron más severas, alcanzando montos equivalentes a miles de litros de combustible en casos de infracciones graves. Desde el Ejecutivo explicaron que este tipo de medidas busca desalentar conductas riesgosas, ya sea la realización de quemas no autorizadas, el encendido de fogones en áreas prohibidas o cualquier acción que incremente la vulnerabilidad del territorio.

A la par de los controles, la provincia puso en marcha una estrategia de comunicación orientada a reforzar el rol de la ciudadanía. Se pide a vecinos, turistas y productores que mantengan máxima precaución y que reporten de inmediato cualquier columna de humo, olor a quemado o situación inusual. La articulación con las comisiones de fomento y los municipios es clave para garantizar detección temprana y respuesta rápida, dos factores que pueden evitar daños mayores.

Con este conjunto de medidas, la provincia busca atravesar las semanas de mayor riesgo con una estructura más sólida de prevención y reacción. El Gobierno remarcó que las condiciones actuales exigen un trabajo coordinado entre el Estado y la comunidad, y que la responsabilidad colectiva es fundamental para proteger viviendas, áreas productivas, bosques y reservas naturales. El objetivo final es disminuir al máximo la posibilidad de incendios y actuar con eficacia en caso de que se produzca alguno.

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