El fenómeno astronómico sorprendió por su tamaño y brillo, visible en todo el país y potenciado por una combinación excepcional de factores.

La noche del jueves dejó una postal única: una Superluna que se observó con una intensidad extraordinaria en Argentina y en distintos puntos del mundo, en un evento que no tendrá réplica hasta dentro de 17 años. El fenómeno coincidió con la tradicional Luna Fría de diciembre y mostró al satélite natural con un tamaño mayor al habitual.

La espectacularidad del evento se explicó por tres factores astronómicos simultáneos: la Luna alcanzó su perigeo —el punto más cercano a la Tierra—, brilló con una intensidad inusual por su fase llena y se alineó con una etapa crítica del ciclo lunar de 18,6 años, lo que amplificó su efecto visual.

El máximo esplendor ocurrió a las 20.14 del jueves, hora argentina, cuando la Superluna alcanzó su punto de mayor proximidad y luminosidad. Sin embargo, el fenómeno pudo apreciarse en forma notable desde la noche previa y se mantendrá visible con gran claridad hasta este viernes.

Astrónomos recomendaron aprovechar esta ventana de observación, ya que la combinación de tamaño, cercanía y brillo no volverá a repetirse hasta 2042. Para los aficionados y curiosos, se trató de una oportunidad excepcional para registrar y disfrutar del satélite en una de sus manifestaciones más impactantes.

La Superluna se convirtió así en uno de los hitos astronómicos más relevantes del año y dejó imágenes que, según los especialistas, difícilmente puedan repetirse en el corto plazo.

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